El sistema social divide a las personas: “Normales” y “no normales. Pero, ¿realmente sabemos que es “anormal”? Definir de una forma clara e inequívoca el concepto de anormalidad aplicado a la vida psíquica es algo ciertamente difícil.
Ya se sabe que no existe la perfección en el terreno de lo humano, la cuestiónes cuánta “imperfección” hace falta para considerar la “anormalidad” como anormalidad patológica.
Existen diferentes criterios sobre la “normalidad”. El criterio normativo (aquel que se asemeja a los ideales de acuerdo con un sistema de valores imperante), el criterio estadístico (“normal” es el “hombre promedio”) y según el criterio de la OMS (“capacidad del hombre para adaptarse al medio social y lograr satisfacción propia y para sus semejantes”.)
Según todas estas definiciones estar bien psicológicamente es vivir y experimentar pensamientos, sentimientos y conductas con las cuales no nos desviamos del comportamiento promedio, no estamos fuera de las normas culturales ni sociales, interpretamos correctamente la realidad, no tenemos un malestar subjetivo y mantenemos el control sobre nosotros mismos.
Aunque según mi opinión muchas veces se tacha de “anormal” a quien piensa diferente y actúa contrario a la norma.
La norma se empeña en que el sistema educativo este dirigido al hemisferio izquierdo del cerebro y no desarrolle la parte más creativa del ser humano, haciendo fracasados a artistas, poetas, actores o escritores, considerándolos “anormales”.
Un sistema social que menosprecia a la gente creativa; un sistema que día tras día nos grita que los médicos salvarán vidas, los ingenieros podrán hacer coches, aviones, construirán empleo, aumentarán el I+D+I y, los economistas reducirán el costes. Mientras que un loco que componga canciones, un gamberro que pinte grafitis y un “pierde-tiempo” se dedique a la filosofía no aportará nada a la sociedad.
La vida no hubiese sido lo mismo sin Da Vinci, Virginia Wolf, Eduardo Galeano, Lennon, Freud, sin: Imagine, Blancanieves, Rayuela, Friends.
Personas que se salieron de lo “normal”.
Einstein dijo: “Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil.”
(Texto: Sandra Lázaro)