Pensé que todos los caminos llevaban a Roma. Y, siempre me llevaron a ti.
(No me salían las cuentas. )
Apagaron las luces del Coliseo. Cerraron las puertas del Vaticano. El Panteón se derrumbaba a tus pies. Y, en Piazza Navona los ríos se des(bordaban.)
Mientras tanto, en Trastevere dos señores leían tu poesía.
Pasaste por Roma haciendo monumento entre tanta ruina. Quizá, escribimos al revés la palabra.
(Amor)
Ahora todo cuadra.