Llovía un lunes cualquiera de Octubre. Las calles se llenaban de paraguas. Y, entre tanto, yo perdida en alguna parte de Florencia. Me resguardé en lo que parecía una iglesia común –o, eso pensé- otra más, una de las miles que se encuentran en la ciudad. Ignorante de mí, como si hubiese alguna común en la cuna del Renacimiento.
Un letrero no muy grande en la entrada: Chiesa Ognissanti.
Frescos por cada una de las paredes, esculturas en todos los rincones. En el cenáculo lo que parecía una “Última cena.” Debajo, un cartelito con el nombre del autor: Ghirlandaio.
“Esto debe ser algo importante” dije en voz medio alta. Continué caminando hasta que topé con la tumba de Sandro Botticelli. “Es algo importante” repliqué- rápidamente tecleé el nombre de la iglesia en Google.
Miles de datos, fechas, autores y una historia de lo que parecía amor.
“Sandro Botticelli y Simonetta Vespucci”
Pero, ¿quién era Simonetta?
“Considerada una de las mujeres más bellas del Renacimiento, Simonetta Cattaneo, murió de tisis a los 23 años dejando desolados a toda una corte de admiradores y artistas. Se cree que había nacido en las inmediaciones de Génova en 1453 y murió en 1476. A los 16 años se casó con Marco Vespucci, familiar de Américo Vespucio, el famoso comerciante y cosmógrafo florentino que dio nombre al continente americano. Botticelli se enamoró de ella desde la primera vez que la vio, pero no fue el único. Lorenzo y Juliano Médici también cayeron rendidos ante su belleza. En un torneo entre caballeros para celebrar una victoria, Juliano Médici la declaró “dama de su corazón” en la justa, y Botticelli pintó en el estandarte que portaba el escudero de Juliano una imagen de Simonetta vestida de Minerva. El lema del pendón era: “La Sans Pareille” que quiere decir “La Sin Igual”. En este mismo torneo fue nombrada “Reina de la Belleza”.
Redactaba un blog (http://culturainquieta.com/es/arte/pintura/item/10359-simonetta-cattaneo-el-tragico-amor-de-boticelli.html)
Botticelli la pintó en cada uno de sus cuadros, convirtiendo su belleza en eternidad.
Hay leyendas que cuentan que Simonetta siempre quiso estudiar medicina. La gustaba leer libros de aventuras y salir por la ciudad.
Pero, de eso nada se sabe. Nada se escucha.
La “Chiesa Ognissanti” quizá, guarda a una pionera feminista pero, de eso nada se sabe. Nada se escucha.
Simonetta Cattaneo vivió 23 años condenada a ser la eterna musa de la belleza.
Fuera comenzaba a salir el Sol.
Y, Florencia volvía a brillar (en realidad nunca lo había dejado de hacer.)
Era una mañana lluviosa de octubre en la que comenzaba a descubrir la magia de esta ciudad.