Madres rompiendo con los roles y estereotipos. Hijas denunciando asesinatos, trata y violaciones.

Abuelas, gritando para romper con un techo de cristal que, aún agrietado, sigue existiendo. Para curar la brecha salarial que tiene más de abismo que de brecha. Dando alas y no anillos a aquellas niñas que son obligadas a casarse. Y acabar una vez por todas con la mutilación genital femenina.   Porque ser niñas en algunos países es una deshora y, en otros un suplicio.

Ahí, estaba ella negándose a aceptar que por nacer niñas tengamos un obstáculo añadido.

 

Vi a mujeres dando la  voz por aquellas que, aun queriendo gritar,no pudieron.

Borramos los prejucios, las competiciones y las amenazas.

Nos dimos las manos. Todas, luchando por un mismo sueño. Juntas.

Y, lo que al principio parecía un yo, tú ella. Se convirtió en NOSOTRAS.

Algunos lo limitaban a ‘política’ otros, lo llamaban ‘utopía’

se equivocaban, simplemente era justicia.  

 

Se paró el mundo, lo paramos, lo cambiamos e hicimos historia.

 

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