A ell@s, abuel@s:

Acaba el año. Haces el balance de lo bueno y malo. Cierras el libro. Borras algún que otro teléfono de la agenda y algún recuerdo de la mente. Dices adiós. A viajes. A sueños. A corazones.

Empiezas a escribir aquellos propósitos que nunca cumplirás. Y, entonces te paras. Ríes. Aquel tiovivo sigue girando, nunca dejó de hacerlo. Abres un nuevo libro y, sin embargo, ahí están. Todos los buenos recuerdos, con los que aprendiste, creciste. Allí está aquel momento con el que empezaste a amar la vida. Donde sentiste la libertad y las ganas de volar. Allí está ella. Está él. Con los sueños que siempre nos inspiraron. Demostrando una vez más que el corazón siempre gana la batalla a la cabeza. Se para la radio. El silencio se hace eco. Y, las estrellas brillan como nunca. Hay personas que son magia. Y, da igual los años que pasen, la magia siempre eterna, es aunque no esté. (Gracias por haberme regalado un trocito de vosotr@s para hacer este vídeo.)

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