Los Telediarios anuncian destrucción y pobreza. Trump juega al Risk con Maduro, entre tanto, la Unión Europea no toma cartas en el asunto.
Y, allí, detrás de toda parafernalia se encuentra María, hace menos de dos meses que ha cumplido veinte años. Nació en Valencia, Venezuela.
Coincidimos en un pequeño puerto de Lima, donde con los ojos esperanzadores me contaba que “desde pequeña había soñado con ser doctora” Pero, hacía un año que su sueño se había visto truncado “decidí emigrar. Después de mucho esfuerzo conseguimos el pasaporte y conseguí volar con mi tía a Perú.”
Su permiso tiene duración de un año, “en unos meses tengo que volver a renovar los papeles. Y, así de paso volveré a ver a mis padres”. Su vida cambió radicalmente, “ahora ya no puedo plantearme estudiar, tengo que trabajar. Actualmente soy camarera en un bar cerca del puerto”.
Vive con sus tíos y su prima, “en el Callao, es un barrio un poco peligroso. Aquí no me queda más remedio que andar sola”.
Suspira “echo de menos a mi familia, el lugar donde vivía, la comida, las arepas, las cenas navideñas donde nos juntábamos todos. Echo de menos todo. Era mi lugar”. Aunque asegura que tiene familia “por toda América Latina”.
“Quisiera”, asegura mirando el horizonte “ser una buena doctora y conocer muchos países. Algún día nos veremos en España. Mientras tanto, cuenta mi historia”.
Fue entonces, cuando comprendí que esta jodida mierda que algunos llaman “periodismo” era menos mierda pero, igual de jodido.
Maduro y Trump seguían jugando al Risk. Pero, esta vez, dos chicas cambiaban su mundo (mientras brindaban con cerveza).