Mari Carmen se acababa de jubilar. Durante toda su vida ha sido «una artista frustrada» que «estudió historia del arte».

Me contaba que era de Ecuador, donde desde hacía 30 años trabajaba en un consultoría. Con cara sonriente aseguraba «ahorré durante toda mi vida para hacer un recorrido por Europa».
El Partenón se iba quedando pequeño y el sol seguía quemando la ciudad. «No creo que te vuelva a ver otra vez, pero, me alegro de haberte encontrado«. Decía mirando la acrópolis. [Creo que era una doble despedida] Destino o casualidad, su próxima parada, Florencia.

«No creo que te vuelva a ver otra vez, pero, me alegro de haberte encontrado«

Dos vidas unidas en un instante fugaz, otra vez (y como tantas otras), para siempre.

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